Hay una parte de la población que ante la posibilidad de conducir un vehículo, le invade el miedo. Esta situación, conocida como amaxofobia, está producida, como cualquier otra fobia, por un miedo irracional que impide afrontar la situación.

Estos tipos de fobias tienen en común que la respuesta es la evitación y la fuga ante la posible situación de fobia.

La respuesta emocional del miedo es un mecanismo de defensa que tiene como objetivo preservar la especie. Así, la mayoría de nosotros no compartiríamos el espacio con una serpiente venenosa (evitación), o saldríamos deprisa de un edificio en llamas (fuga). Este es un miedo racional y lógico, que no tiene nada que ver con el hecho de huir ante un plato de olivas o de evitar llevar botones (el miedo irracional).

¿Cómo se tratan las fobias?

La primera cuestión a considerar es que cuando se evita una situación fóbica o se huye, el miedo y la ansiedad que provoca la fobia crece exponencialmente al no habernos enfrentado. Por lo tanto, el tratamiento se basa en entrenamiento en relajación y en la exposición al estímulo fóbico. Tanto si la exposición es por visualización en imaginación como por exposición real, tiene que ser gradual. Ponemos el caso de la fobia a los ascensores: hay que empezar por 1. poder estar sin o con una ansiedad mínima al vestíbulo de un edificio con ascensores; 2. poder estar sin o con una ansiedad mínima ante la puerta de un ascensor; 3. poder pulsar sin o con una ansiedad mínima el botón…, y así hasta conseguir utilizar el ascensor libre de ansiedad.

¿Y la amaxofobia?

Hay diferencia entre el miedo a conducir y el miedo a llevar ropa con botones. En el caso de la persona que tiene pánico a ponerse una camisa con botones, si se expone a su fobia, aunque sufra síntomas de ansiedad (hiperventilación, opresión en el pecho, parestesia en las piernas o en los brazos, mareo, pensamiento que morirá si no sale rápidamente de la situación…), no es una situación de riesgo extremo, ni real.

Pero si estos síntomas se presentan ante una tarea compleja, que requiere máxima concentración y acierto en la toma de decisiones y en las respuestas motoras como es la conducción de un vehículo de motor, donde un error por bloqueo cognitivo o psicomotor puede representar un accidente de tráfico, entonces el tratamiento se tiene que plantear desde la perspectiva de controlar el riesgo de exposición real.

En el amaxofobia el tratamiento tiene que ser interdisciplinario. Un tándem formado por: un profesional de la psicología que se encargue de la vertiente psicológica (técnicas de relajación, la exposición virtual en imaginación) y la figura del profesor de formación viaria, que (asesorado por el psicólogo) acompañará, en un vehículo con doble mando, la persona fóbica durante la exposición real (circular por autopistas, pasar por túneles, puentes, ir por carreteras sin arcén, etc.).

La comunicación fluida entre estos dos agentes (psicólogo y formador) será la mejor garantía de lograr los objetivos esperados y que el conductor o conductora con amaxofobia pueda volver a conducir con seguridad, sin sufrir el riesgo de hacerse daño o hacer daño al resto de usuarios de la vía en su proceso de vencer su miedo a conducir.

Esperamos que esta información haya estado de utilidad. Si has detectado que tienes miedo para conducir, a Goncal Formació te ayudamos a superar esta fobia. Somos especialistas en formación vial.

Goncal Formació
Cornellà, 20 septiembre 2021